lunes, 14 de mayo de 2012

El derecho a la Agricultura Urbana en Rosario, Argentina

Rosario, ubicada en la provincia de Santa Fe, a unos 300 kilómetros al noreste de Buenos Aires, era una ciudad que sufrió mucho durante el año 2001 la crisis económica de Argentina, con niveles de pobreza alcanza casi al 20% en 2003. Una de las respuestas del gobierno socialista de la ciudad fue la creación de una Oficina de Agricultura Urbana, en el Departamento de Economía Solidaria, iniciando un amplio programa a través de la ciudad que permiten a las personas cultivar sus propios alimentos. Poco a poco el programa ampliado y mejorado, con la Oficina de servir como lugar de encuentro para que la gente venga y pregunte por una parcela de tierra en su vecindario para cultivar alimentos, recibir las semillas, así como el apoyo de infraestructura, técnicos y sociales que necesita para configurar o participar en una parcela del jardín.Facilitado por el empleo de esta Oficina animado a decenas de personas, Rosario ya contiene más de 700 jardines comunitarios y cuatro grandes dimensiones del parque-jardines conocidos como huertas Parque, concretamente situados junto a las comunidades marginadas, un nuevo modelo en América Latina (ver imágenes abajo). También hay cinco mercados en diferentes partes de la ciudad donde la gente vende las verduras y frutas cultivadas en sus terrazas o cerca de sus casas a sus vecinos. Una planta de procesamiento agroindustrial social, también fue creado para el proceso y puede producir un exceso en los atascos de las personas en toda la ciudad (foto a la derecha), y en un pueblo de menor escala han estado haciendo cremas, jabones y productos similares para su venta con el aromáticas y medicinales plantas que se cultivan.
Iniciativas innovadoras han sido desarrolladas para apoyar a los agricultores urbanos, tales como un programa de "bonos verdes" que recoge los fondos de las organizaciones del sector privado para las escuelas en zonas de bajos ingresos para redimir a los agricultores y un programa de apoyo financiero a los agricultores cuyos cultivos se pierden.

Los agricultores urbanos son la única fuente de productos orgánicos en la región a precios muy asequibles, y la agricultura urbana ha permitido a muchos a mantenerse a sí mismos y sus familias desde la crisis económica afectó a Argentina en 2001. La gente, en esencia, han obtenido, por ahora, el derecho a la alimentación fresca, orgánica y accesible de la ciudad. Lo ideal sería que empezaremos a ver este tipo de cambio hacia una mayor producción sostenible de alimentos en otras ciudades de todo el mundo, pero la pregunta es quién va a facilitar: el gobierno local, como en el caso de Rosario (también en respuesta a una profunda crisis económica, ayudando a la gente se reúne sus necesidades básicas) o tal vez las propias comunidades?

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